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Interrumpir la pandemia: ¡Ciencia, sociedad y solidaridad!

La interrupción de la pandemia del COVID 19 solo será posible si la ciencia, la sociedad y un espíritu de solidaridad nos mueven a reflexionar y actuar. Como ciudadanos globales y miembros de nuestra fe en nuestras comunidades locales, tenemos una responsabilidad con nuestra gente. Debemos promover activamente y abogar por la solidaridad.

Dr. Kezevino Aram, Presidente, Shanti Ashram. Vice-Presidente Grupo Asesor de Arigatou International 

COVID-19 Virus

En el pasado la posibilidad de una pandemia, una crisis de salud pública en esta escala, solo se ha descrito como un evento teorético. Las actualizaciones diarias de la Organización Mundial de la Salud. (OMS) sobre la creciente pandemia del COVID-19 muestran la velocidad y escala sin precedentes con que el virus se está propagando, sin tomar en cuenta fronteras, clase o etnia. El virus ha tomado a la comunidad global por sorpresa y desafía sus presuntas preparaciones para epidemias. Los jefes de las naciones ahora tienen emergencias nacionales que afrontar, aun cuando la fraternidad médica continúa su lectura sistemática de las personas en riesgo (particularmente los ancianos), atendiendo pacientes infectados que necesitan cuidados intensivos y diseñando protocolos de acompañamiento para las personas que lamentablemente han perdido la vida.

Mientras que la prevención inmediata y la respuesta de atención continúa evolucionando con el aumento de evidencia internacional, avisos de la OMS
específicos para cada país y esfuerzos en el terreno por parte de
los sistemas de salud comunitarios, uno debe de detenerse y ver qué significa la crisis a corto y mediano plazo para las comunidades He leído muchos artículos educativos sobre la salud inmediata y las amplias implicaciones socioeconómicas y les exhorto a cada uno de ustedes a documentarse más sobre fuentes confiables

Estos también son tiempos de las redes sociales y veo la respuesta de la gente a la epidemia: muy visible, frecuente y, a veces, reactiva en lugar de considerada (y corroborada). La preocupación por la epidemia en desarrollo es un signo positivo; el compromiso de las personas ha aumentado, acompañado de la modificación del comportamiento positivo a corto plazo y un entendimiento realista de las circunstancias de la vida que
alimentó la pandemia. Espero que este interés positivo en la salud conduzca a mejores inversiones en la salud de las personas en el futuro.

Enfoquémonos, en medio de muchas cosas, en el impacto que la pandemia tiene en la sociedad, en particular en los niños y las niñas, y la oportunidad que tenemos de invertir en el avance de la salud pública. El cierre repentino de las escuelas ha afectado directamente la vida de millones de niños y niñas en todo el mundo. Las familias se están adaptando al cambio y a pasar más horas juntos: se ven muchas actualizaciones sobre este inesperado “tiempo juntos” como resultado de la pandemia. Probablemente pasaran semanas antes de que regresen a la escuela, jueguen juntos y disfruten de la compañía de sus amigos. Las aulas virtuales nunca podrán reemplazar completamente la vida dinámica de una aula donde los niños y niñas crecen y prosperan.

“Cientos de millones de niños no van a la escuela. Los padres y cuidadores están trabajando de forma remota cada vez que pueden. Las fronteras han sido cerradas. Nuestras vidas han sido volcadas.
Estas son aguas desconocidas para todos nosotros”. Sra. Henrietta Fore, Directora Ejecutiva, Unicef

Interrumpir la pandemia: ciencia, sociedad y solidaridad | Dr. K. Aram, ICPH – Shanti Ashram | Marzo de 2020 Página 2

Mi mente también ha estado ocupada sobre el efecto precipitado que la pandemia tendrá sobre las niñas y niños vulnerables, hijos cuyas vidas están dictadas por el salario diario de sus padres. Junto a los paquetes económicos de estímulo para los negocios y la industria, ¿podríamos igualmente enfocarnos en difundir una red de seguridad social para aquellos más vulnerables que nosotros?

Nunca antes los ancianos se habían sentido tan vulnerables (incluso en las regiones más desarrollados del mundo). Un antiguo diplomático de la ONU me escribió diciendo que, desde la Segunda Guerra Mundial, Europa no había experimentado una crisis que afectara así la vida de todos.

El distanciamiento / aislamiento social que se utilizó para describir las circunstancias sociales, se ha levantado repentinamente y aceptado por los individuos como una “herramienta de salud pública” para el control de enfermedades. Mientras ponemos esto en práctica, construyamos activamente el espíritu de solidaridad y pensemos cómo y dónde podemos construir las redes de seguridad para niños, niñas y ancianos vulnerables.

La interrupción de la pandemia del COVID 19 solo será posible si la Ciencia, la Sociedad y un espíritu de Solidaridad nos mueven a reflexionar y actuar. Como ciudadanos globales y miembros de nuestras comunidades locales religiosas, tenemos una responsabilidad con nuestra gente. Debemos promover activamente y abogar por la solidaridad.

Anticipándose a la necesidad de colaboración y un espíritu de solidaridad, el Primer Ministro de India solicitó el apoyo de la gente su tiempo, atención y cooperación durante las próximas semanas para revertir el curso de la pandemia. Las redes de seguridad social tienen que convertirse en una prioridad para todos nosotros. ¡Los gobiernos y las personas tenemos que hacerlo juntos!

Volvamos a imaginar “cuidado” durante la pandemia del COVID-19. La fe nos ayuda a enfrentar los desafíos que actualmente estamos experimentando; y debemos compartir esto con nuestros niños, niñas, jóvenes y comunidad. ¡¡Mantenernos juntos y de pie durante estos tiempos difíciles es una elección que hacemos!!

Tal como mi tradición de fe me enseña, ‘Si aprendemos a vivir juntos, hay un millón de bendiciones para ¡compartir!”

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