Las raíces de las causas de la realidad de la pobreza infantil, se encuentran en la desigualdad de la distribución de los recursos de todo tipo; guerra y violencia, corrupción y falta de gobernabilidad. Tenemos la obligaciòn de trabajar juntos tomando en cuenta nuestras tradiciones religiosas; con el patrocinio de las organizaciones de la sociedad civil, Agencias de las Naciones Unidas, educadores, gobiernos, bancos de desarrollo, negocios y empresas, medios de comunicación; y todas las personas de buena voluntad, para responder al reto de la pobreza infantil. Nuestro objetivo al trabajar mediante la relación entre las diferentes creencias y las raíces de la fe, es promover acciones para mitigar la pobreza que afecta a los niños.
Nos comprometemos a trabajar activamente con los niños como actores participativos directos; esta es nuestra vocación: actuar en cada nivel para definir y promover políticas que se dirijan hacia el fin de la injusticia contra los niños.Haciendo esto, reafirmaremos la dignidad humana y buscaremos influenciar la agenda de desarrollo global hacia el 2015.